La apariencia es la existencia del objeto por el sujeto, la realidad es la
existencia del objeto por si mismo.La
Tierra está en constante movimiento alrededor del Sol, nuestros
sentidos nos dicen lo contrario, y no somos capaces de sentir o notar el
movimiento de nuestro planeta. En consecuencia, sabemos que los
sentidos son una herramienta de conocimiento limitada, que no nos dicen
toda la verdad y que, además, los datos que nos aportan son, a su vez,
reelaborados por nuestro cerebro.
Entonces, ¿es la realidad tal y cómo se me aparece, como la conocemos a simple vista? Y, si las cosas no son como parecen, ¿cómo son en realidad?, ¿cómo puedo llegar a conocerlas?
Este problema es uno de los grandes debates metafísicos: la diferencia entre lo que las cosas son y lo que parecen ser.Además, debemos tener en cuenta que el «mundo», la totalidad de lo que hay, es sumamente complejo: hay una parte física y objetiva, la realidad independiente del observador (las plantas, el mar, el aire, etc el pensamiento platónico frente al de Nietzsche.
Entonces, ¿es la realidad tal y cómo se me aparece, como la conocemos a simple vista? Y, si las cosas no son como parecen, ¿cómo son en realidad?, ¿cómo puedo llegar a conocerlas?
Este problema es uno de los grandes debates metafísicos: la diferencia entre lo que las cosas son y lo que parecen ser.Además, debemos tener en cuenta que el «mundo», la totalidad de lo que hay, es sumamente complejo: hay una parte física y objetiva, la realidad independiente del observador (las plantas, el mar, el aire, etc el pensamiento platónico frente al de Nietzsche.
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